Para los que pasamos las
fiestas solos, una vez más. Para aquellos que estamos condenados al fracaso.
Para los que creemos que no nos une al amor aquí, si no el espanto. Para todos
aquellos que se sienten identificados con que estás fiestas de mierda solo sirven
para acrecentar la hipocresía. Para aquellos que no tenemos familia, hermanos
ni hijos que no estén acompañando estos días. Para los que no creemos en
dioses, solo en la inteligencia. Para los que creemos que no podemos vivir sin
amor, pero que vivir es más importante que el amor. Y el amor a veces, es más
importante que vivir. Para los que extrañamos a nuestros hijos en la distancia.
Para los que sufrimos esas ausencias por excusas insólitas, absurdas e
infantiles para que no podamos reunirnos con lo que más amamos cada vez que
intentemos viajar a visitarlos. Para los que la soledad es acurrucarse en una
cama a ver televisión, mientras nuestros seres amados, siguen otras vidas en
otros caminos. Para los que el orgullo y el miedo son más fuertes que la propia
felicidad. Para los que boicoteamos al amor, por miedo a ser felices, porque no
sabemos como hacerlo.
Para mis lectores que aún
no tienen la madurez necesaria para leerme y creen todo lo que uno escribe.
¡Abran la mente por favor!
Para todos uds, para
todos nosotros.
Felices horribles
fiestas.
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