Desnuda su alma
Con puño enardecido
Claras noches
Fueron compartidas.
Piel suplicante
De placeres esperados
Suaves susurros
Al oído contados.
De promesas de
rincones
Rincones enamorados
Que supieron esconder
Un corazón encerrado.
Dispuesto a transitar
Por el camino de la
lujuria
Que espera sediento
El bosque de tus
labios.
Para saborear el
néctar
De tu sudor esperado
Ese que es un elixir
Que vuelve loco al
más osado.
De corromper tu
cuerpo
Con caricias muy
suaves
Para enloquecer tu
tiempo
Ese que has olvidado.
Pero el corazón no
olvida
Los quejidos de la
piel
Siendo acariciada
Una y otra vez.
Y así te dejo en la
noche
Aturdida y sollozante
De tener con candado
el alma
Y vivir y morir en tu
cama.
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